Contraste de los medios de derivación, a partir de prefijos y sufijos, propios del euskera, catalán y castellano: conclusiones lexicográficas. La finalidad de esta ponencia se centra en la exposición de algunos de los resultados de la investigación llevada a cabo por los grupos de trabajo de estas universidades en los últimos tres años. El estudio está encuadrado en el proyecto denominado Configuración morfológica y estructura argumental: léxico y diccionario, subvencionado por el Ministerio de Educación de Madrid y enfocado desde tres puntos de vista. En primer lugar, los procesos de derivación basados en prefijos y sufijos han sido analizados en los tres idiomas, con especial énfasis en los que se parte de un verbo como base de derivación o en aquellos otros en los que el derivado está constituido por el verbo mismo. En consecuencia, se han detectado dos diferencias sustanciales: entre derivaciones a partir de prefijos y sufijos en el seno del euskera, y entre los derivados vascos y los de origen románico. En segundo lugar, se ha buscado y hallado una exposición teórica de esas dos diferencias. En tercer lugar, hemos tratado de consolidar la contribución que puede brindar tal exposición teórica en el campo de la lexicografía. La presente comunicación pretende compendiar la exposición teórica y las conclusiones lexicográficas. Las diferencias que deben ser tratadas en cualquier exposición teórica son sucintamente las siguientes: a) la escasez de prefijos en euskera frente a la abundancia de sufijos, y b) la constatación de que no se da tal descompensación en las lenguas románicas. Nuestra hipótesis es que se extrapola hasta la morfología una característica sintáctica del euskera y de las lenguas románicas, de manera que en euskera, también en derivación, el núcleo de la estructura se ubica a la derecha, mientras que en las lenguas románicas va a la izquierda. Para una mejor comprensión, hay que tener presente que los prefijos de las lenguas románicas pueden actuar de dos formas: unos son modificadores de un núcleo y van a su izquierda, y otros actúan como núcleo, ya que se colocan en el primer lugar y el complemento va a su derecha. En el primer caso, el prefijo aporta una especificación del núcleo (el derivado predecir es una concreción del núcleo decir: decir con antelación, pero decir al fin y al cabo); en el segundo caso, mientras el núcleo está compuesto por el mismo prefijo, el complemento es la base de derivación; de tal modo que prehistoria no es una concreción del complemento base historia, sino algo diferente a la base (historia). El euskera, por su parte, sólo dispone de la primera forma, tal y como se puede comprobar desde dos ángulos de vista. En primer lugar, dispone del prefijo prestado des-, que dispone de las dos posibilidades que también tiene en las lenguas románicas. En el derivado desegin, actúa como modificador del núcleo-base egin, pero, cuando queremos buscar un ejemplo del modelo complemento del prefijo/núcleo de la base desostatu, nos encontramos que no está bien formado. En segundo término, dejaríamos bien patente que el prefijo-núcleo/base-complemento de las lenguas románicas tiene su correspondiente en euskera en base-complemento/sufijo-núcleo, lo que supone una aportación importante a la lexicografía actual, más allá de las formaciones del tipo: des1 hoja2 rhosto2 gabe1 tu.